¿Cómo una cristiana salvó una crisis matrimonial?

Una familia dichosa que una vez tuve
Cuando tenía 21 años, en la presentación de un amigo, conocí a mi esposo. Él trataba a la gente con sinceridad y era muy competente, y nos casamos un año después. Poco después de nuestro matrimonio, nació nuestra hija y mi esposo nos trató muy bien. Aunque no éramos ricos, me sentí muy feliz. Para tener una vida mejor, alquilamos un puesto en un mercado de granjeros para vender de al mayor y al detal, productos alimenticios marinos. Todos los días, yo trabajaba desde el amanecer hasta el anochecer, y dirigía el negocio mientras cuidaba a mi hija. Cuando yo tenía 26 años, estaba bajo una gran presión de trabajo durante mucho tiempo y dormía mal que me resultó en una migraña, presión arterial baja e hipoglucemia. Sin embargo, pensé que valdría la pena para esta familia. Al ver que yo sufría con él, mi esposo se sintió incómodo; después de una consulta entre nosotros, decidimos abandonar el negocio.
Después, abrimos una tienda vendiendo productos de salud y de necesidades diarias. Al principio, nuestro negocio no iba bien, y mi esposo necesitaba asistir constantemente a capacitaciones para aprender el conocimiento profesional de estos productos. Debido a nuestros esfuerzos durante un período de tiempo, nuestro negocio mejoró gradualmente y abrimos sucursales en muchas ciudades. Nuestra vida finalmente mejoró. Para aquel entonces, mi esposo a menudo me compraba ropa y joyas de lujo, y cada vez que regresaba de su viaje de negocios, le cocinaba su comida favorita. Sentí que era la mujer más feliz del mundo.
Una crisis matrimonial ocasionada por un mensaje de texto
Con la ampliación de nuestro negocio, mi esposo tuvo que asistir a más eventos sociales. Frecuentemente salía a tomar comidas y bebidas con los clientes, y algunas veces también los acompañaba a la sauna. Como resultado de estos eventos, llegaba a casa cada vez menos. Como dice el refrán: “Toca el asfalto (la brea), y estarás contaminado”. Preocupada que mi esposo sobrepasaría los límites si frecuentaba esos lugares de entretenimiento, yo vivía angustiada (en la ansiedad). Más tarde, descubrí que siempre actuaba de manera extraña: a menudo hacía llamadas telefónicas a mis espaldas; siempre mantenía la puerta cerrada cuando navegaba por Internet, y cuando entraba, o él cerraba la ventana de chat o rápidamente abría otras páginas web con una expresión antinatural. Entonces pensé interiormente: ¿Por qué hace las cosas a mis espaldas? ¿Tiene una aventura? Desde ese momento en adelante, presté mucha atención a sus acciones. Inmediatamente observé que fue al baño para hacer una llamada, desde afuera de la puerta escuché lo que dijo. Sentí que era como un ladrón y me sentía tan cansada.
Una mañana, me senté en el sofá viendo la televisión mientras mi esposo aún dormía. En este momento, se envió un mensaje a su teléfono, y no pude evitar leerlo. Cuando vi esas palabras desagradables en el mensaje, estaba tan enojada que todo mi cuerpo tembló. Sentí que era como un trueno desde un cielo despejado para mí, y no podía creer el hecho de que mi esposo tuviera una aventura. Cuando se despertó, le pregunté sobre este mensaje. Al principio, él negó tener una aventura, pero cuando lo continué interrogando, finalmente lo admitió. Dijo que solo tenía tratos comerciales con esa mujer y que simplemente se usaban el uno al otro, sin tener verdadero afecto. Al escuchar sus palabras, sentí un dolor desgarrador y mis lágrimas se derramaron incontrolablemente. Me explicaba, pero yo estaba sorda a todas sus palabras. Lloré: “No digas más. Vamos a divorciarnos. Ahora eres rico y puedes casarte con cualquier mujer que quieras. Voy a criar a nuestra hija por mi cuenta, y no vamos a volver para pedirte ayuda, incluso si somos desesperadamente pobres”. En ese momento, mi esposo también derramó lágrimas y confesó su error, y prometió que no haría eso de nuevo.
Más tarde, mi esposo me suplicó perdón muchas veces. Sin embargo, cuando pensé en cómo me casé con él sin pedir una vida rica cuando él no era nadie, cómo establecimos nuestro negocio de la nada, y cómo nos pusimos así, mi odio hacia él surgiría espontáneamente. Aunque los dos todavía vivíamos juntos, ya no compartíamos un idioma común, y ni siquiera quería hablar con él. Cada vez que pensaba en esto, lloraba en secreto, lo que desencadenó la recaída de mi migraña. Atormentado por el dolor físico y mental, a veces incluso quería suicidarme para poner fin a todo. Pero al pensar que mi hija y mi madre ya mayor estarían más dolidos si me perdieran, abandoné el pensamiento de la muerte. También pasó por mi mente varias veces divorciarme de él, pero si lo hiciera mi hija perdería toda una familia. Pensándolo una y otra vez, finalmente, me tomé la decisión de seguir viviendo con él.
Después de esto mi marido asistía a menos eventos sociales. Exteriormente, me trataba bien como lo hacía siempre, comprándome ropa y joyas lujosas al regresar de un viaje de negocios. Pero sentí que todo lo que hacía era un engaño, porque tuve la sensación que me trataría bien en un momento dado y estaría con otra mujer en otro momento. En el pasado, cuando regresaba del viaje de trabajo, le cocinaba cualquier comida de su preferencia pero ahora ya no estaba para ello. Sabía que tales acciones solo empeorarían nuestra relación pero no podía fingir que nada hubiera sucedido. Sentí desesperanzada hacia nuestro matrimonio y no sabía cómo debería enfrentar el futuro.
Dios me salvó cuando estaba en dolor y confusión
Justo cuando me sentía adolorida e indefensa, un amigo mío me predicó el evangelio de Dios. Al principio, yo estaba muy preocupada de que si los hermanos y hermanas conocieran mi ropa sucia, me despreciarían. Inesperadamente, una hermana me contó sus experiencias dolorosas primero. Después de escuchar esto, me conmovió profundamente y luego abrí mi corazón para contarle mi dolor y mis sufrimientos. La hermana me iluminó con las palabras de Dios y sus propias experiencias. Entonces mi corazón deprimido y adolorido fue liberándose gradualmente.
Más tarde, vi las palabras de Dios que decían: “En verdad, de las innumerables cosas de la creación de Dios, el hombre es la más baja. Aunque es el señor de todas las cosas, el ser humano es el único que está sujeto a las artimañas de Satanás, el único que cae presa de su corrupción, en formas innumerables. Nunca ha tenido soberanía sobre sí mismo. La mayoría de las personas viven en el inmundo lugar de Satanás, y sufren su burla; él les toma el pelo de una forma y de otra, hasta que están medio muertos, soportando todas las vicisitudes, todas las dificultades del mundo humano. Después de jugar con ellos, Satanás pone fin a su destino“. Al ponderar estas palabras, entendí: La razón por la que soportamos todo tipo de sufrimiento es que somos corrompidos por Satanás, vivimos bajo el dominio de Satanás, y somos torturados y engañados por Satanás. En la sociedad actual, comer, beber, prostituirse y apostar se han convertido en tendencias. Mucha gente acepta lo negativo como lo positivo. Tener una amante se considera un fenómeno común, mientras que aquellos que no la tienen se consideran como incapaces. La gente se ha vuelto cada vez más entumecida e incluso ha perdido en sentido de la vergüenza. Y tantas familias se han disuelto debido a la tercera persona. Mi esposo a menudo viene en contacto con esos amigos, por conveniencia, que viven en libertinaje y pecado. ¿Cómo no puede verse afectado en este tipo de circunstancias? Solía ​​tratar a nuestra familia muy bien, pero ahora se vuelve malvado y libertino y solo satisface su propia carne, sin preocuparse por nuestros muchos años de afecto matrimonial, ni preocuparse por los sentimientos de nuestra hija. Ahora entiendo que Satanás es el cabecilla de todo mal que lo hace degenerar y que él también es una víctima de Satanás. Después de saber esto, comencé a entender a mi esposo, y mi odio por él disminuyó.
Más tarde, en una reunión, vi un párrafo de las palabras de Dios que decía: “Porque la voluntad de Dios de salvar a la humanidad es sincera. Él da oportunidades a las personas de arrepentirse y de cambiar, y durante este proceso entiende a las personas y conoce profundamente sus debilidades y el alcance de su corrupción“. De estas palabras, vi que el corazón de Dios es verdaderamente bueno y hermoso. Dios sabe profundamente que estamos afligidos por Satanás, y que no podemos librarnos de la atadura del pecado cuando vivimos en este mundo malvado y corrupto. Entonces Él nos salva al máximo. Mientras podamos volver al camino correcto y arrepentirnos, Él nos dará la oportunidad de alcanzar Su salvación. Por las palabras de Dios, vi que Dios está lleno de amor, comprensión, tolerancia y paciencia por nosotros, lo que me hizo avergonzarme. Desde que mi esposo me traicionó, lo odié en mi corazón. No me divorcié de él solo por nuestra hija y padres ancianos. Nunca pensé en perdonarlo, nunca le di la oportunidad de arrepentirse, y nunca le mostré mi bondad. Vi que Satanás me había corrompido tanto como para ser de mentalidad cerrada y no tener tolerancia o perdón hacia los demás. Mi esposo tuvo una aventura en un momento de confusión y no fue persistente. Así que yo debería darle la oportunidad de arrepentirse y tratar de soltar mi odio por él; también es una oportunidad para que practique la verdad. Por lo tanto, traté de aceptar a mi esposo nuevamente desde mi corazón.
Cuando comencé a practicar la verdad, al pensar en las cosas que él había hecho, no podía evitar tratarlo mal. Más tarde, me presenté ante Dios y oré a Él, “¡Oh Dios! No quiero tratar a mi esposo así. Pero en el momento en que lo vi, no podía controlar mi odio por él. Viviendo bajo tales condiciones, me siento muy adolorida. Espero que me guíes a actuar de acuerdo con Tus exigencias”. Después de cada una de mis oraciones, tuve la fuerza para practicar la verdad y renunciar a las cosas de mi carne. Traté de comprender sus dificultades y sufrimiento y comencé a mostrar consideración por él: cuando regresó de otros lugares, cociné las albóndigas de mariscos que más le gustaban; cuando habló conmigo, ya no lo ignoré como antes. Al ver mi cambio, mi esposo se conmovió mucho y lamentó el error que había cometido. Bajo la orientación de las palabras de Dios, finalmente me reconcilié con mi esposo, y nuestra familia restauró su antigua calidez y armonía.
Examino la vida nuevamente después de esta experiencia
Ahora, mi matrimonio roto podría restaurar su felicidad anterior, que fue el efecto que las palabras de Dios tuvieron sobre mí. Si Dios no me hubiera salvado y me hubiera hecho ver claramente la corrupción del hombre por Satanás, no podría haberme librado del sufrimiento en absoluto, y quién sabe cómo sería mi familia y yo hoy. Ahora, finalmente, entiendo: si no nos encomendamos a Dios, entonces viviremos en el dominio de Satanás y viviremos por una disposición satánica y corrupta donde no existe felicidad de la que podamos hablar en absoluto. Solo cuando vengamos a adorar a Dios y vivir según las palabras de Dios, podremos tener un camino por donde viajar, vivir en la luz y llevar una vida feliz y significativa.
Actualmente, mi esposo todavía tiene muchos eventos sociales y casi no vivimos juntos, pero a través de la orientación de las palabras de Dios, ya no vivo en el sufrimiento y la sospecha. Al ver mi cambio, mi esposo apoya mi creencia en Dios y el cumplimiento de mi deber, y cuando mis hermanos y hermanas se reúnen en nuestro hogar, los trata con cariño. Ahora mis hermanos y hermanas y yo disfrutamos las palabras de Dios y cumplimos con nuestros deberes juntos en la iglesia, y nos sentimos enriquecidos y pacíficos en nuestro espíritu y disfrutamos de la alegría genuina. Aunque no puedo hacer grandes cosas, estoy dispuesta a hacer todo lo que pueda para llevar ante Dios a más personas que viven en la aflicción de Satanás y permitirles alcanzar la salvación de Dios. ¡Toda la gloria sea para Dios!
Fuente: Estudiar la Biblia 

Como Salir del Aturdimiento de la Infidelidad Conyugal

Era el mes de noviembre y hacía mucho frío. Al atardecer todas las otras personas en la calle se apresuraban hacia sus hogares; solo Xiaoyu, débilmente pedaleaba su bicicleta hacia la casa, sus piernas sintiéndose como plomo. En el pasado generalmente ella se montaba en su bicicleta a casa lo más aprisa posible. Sin embargo, hoy, no quería ir a casa. Era debido a un incidente inesperado el otro día que le envolvió su corazón como en una niebla.

Matrimonio cristiano – La historia de mi matrimonio feliz

Antes de crear nuestra propia familia, cada uno de nosotros soñamos con un matrimonio feliz en el cual, marido y mujer se respetan y se adoran. Este sueño es hermoso aunque la realidad sea decepcionante. Mi historia es un ejemplo de esto. Hubo un tiempo en el que mi matrimonio no era tan armonioso como yo hubiese querido. Mi esposo y yo solíamos pelearnos por banalidades que implican los labores del hogar o incluso nuestros modos de vida. Nuestro amor se vio afectado por la trivialidad de nuestra vida, tal como dice la canción: “difícil es enamorarse pero más difícil es llevarse bien”.

El amor de Dios hacia nosotros | Cómo huí de la Marisma del Amor

Mi explosión de amor imaginario
Cuando era una niña joven e ingenua, las ficciones románticas de los escritores de esa generación me acompañaron todo el tiempo. Después de leer sus historias de amor que eran de otro mundo, poéticas y pintorescas, los pensamientos solían atiborrar mi mente y el amor representado en sus conmovedoras historias de amor siempre fue mi sueño. Anhelaba un amor vigoroso e inmortal y quería quedarme con mi alma gemela por el resto de mi vida. Sin embargo, mi deseo no se hizo realidad. Me casé apurada bajo la disposición de mis padres antes de encontrar el amor propio por mi cuenta.

Mi Esposo Realmente es Bastante Bueno

Cuando era niña, escuchaba a la gente decir frecuentemente: “Un esposo con prestigio le trae honor a su esposa”, y “Sigue al hombre con quien te cases, sea un gallo o un perro”. (Un dicho chino que quiere decir que una chica no tiene otra opción sino vivir obedientemente con el hombre con quien se case, sea bueno o malo por el resto de su vida.). En ese entonces, yo siempre pensaba que cuando fuese grande tendría que casarme con un hombre exitoso, de una gran familia, quien ganara mucho dinero y pudiese protegerme a mí y a mi hijo. También creía que la segunda reencarnación de una mujer—su nacimiento—no lo decidía ella, pero lo decidía el matrimonio. Así que conseguir un buen esposo se convirtió en el objetivo más grande de mi vida.
Cuando llegué a América en 1997, estudié inglés y trabajé para obtener una maestría en informática mientras buscaba al esposo perfecto. Muchos de mis compañeros me presentaron a los hombres decentemente educados con ingresos estables, pero no funcionó con ellos por numerosas razones. Pero en mi cuarto año en América conocí a mi esposo. Él es americano y nos casamos rápidamente porque quedé embarazada pronto. Pronto comprendí que mi esposo era una persona sumamente mediocre, con un modesto empleo y no tenía mucha educación tampoco, no tenía ninguna ambición y era flojo; solamente trabajaba de 3 a 4 horas al día y luego venía a casa. Por lo tanto, no podía ganar suficiente dinero para mantenerme a mí y a nuestro recién nacido. Dependíamos de su madre y padre para que nos dieran de 1 a 2 mil dólares mensuales para pagar nuestra hipoteca y gastos de manutención.
Mi sueño de conseguir un esposo exitoso se hizo completamente pedazos. Me odiaba a mi misma por haberme casado con él a ciegas, ya que había arruinado mi oportunidad de una buena “segunda reencarnación”. Por consiguiente, estaba disgustada con mi esposo y cualquier cosa que él hiciera o dijera todos los días, nunca me caían bien. Pero sin importar cuánto lo reprendiese, él trataba a mi hijo y a mi muy bien como siempre. Sin embargo, no estaba satisfecha con él y muchas veces quise divorciarme, pero mi hijo de siete años una vez dijo: “Mamá, sin mi padre no hubiese nacido yo. Así que no puedes divorciarte porque no importa lo que él sea, es mi papá. No quiero ser como el niño del vecino quien tiene que mudarse constantemente entre las casas de su mamá y su papá”. Cada vez que pensaba en las palabras de mi hijo, dejaba la idea del divorcio al momento, pero muy dentro de mí no podía resignarme a seguir viviendo con mi esposo. Lo que más no entendía específicamente, era que haya perdido el trabajo donde apenas ganaba dinero. En un ataque de ira, comencé a trabajar como agente inmobiliario ese mismo día y le pedí que se quedara en casa cuidando a nuestro hijo. Yo pensé que podría ganar unas cuantas veces más de lo que él ganaba.
Efectivamente, mi ingreso aumentó y mi esposo se volvió incluso, menos útil a mis ojos. Finalmente, presenté una solicitud de divorcio en la corte (efectiva dentro de seis meses) y decidí conseguir un buen hombre quien pudiese igualar mis estándares. Pero en los siguientes dos o tres años, aunque estuve en contacto con algunos hombres quienes estaban interesados en mí, me di cuenta de que cada uno de ellos tenía defectos y que no existía ningún hombre completamente a mi nivel. Al fin desistí de la idea del divorcio. Sin embargo, todavía estaba insatisfecha con mi matrimonio infeliz. Sentí mucho dolor e impotencia en mi corazón. Una vida así era simplemente una tortura para mí, pero tenía que soportarlo por mi hijo.
Como siempre he creído que existe un Dios desde que fui una pequeña, para poder conseguir una solución al dolor de mi matrimonio, fui a varias iglesias buscando a Dios, ya que pensaba que Dios podría resolver mi sufrimiento. Pero fui a casi 20 iglesias y no conseguí la respuesta que quería, así que continué buscando. Entonces, inesperadamente, conocí el regreso del Señor.
En noviembre del 2016, conocí a la Hermana Xiaoxin durante una clase de estudios bíblicos. Dos semanas después, me presentó a la Hermana Winne y a la Hermana Chen Jing. Atestiguaron sobre la obra de Dios en los últimos días y me hablaron de muchas verdades, dándome un libro de las palabras de Dios. El libro contiene las palabras de Cristo en los últimos días. En estas palabras, Dios nos ayuda a encender Sus pensamientos y las intenciones detrás de todas las cosas que Él hizo una vez, como está documentado en la Biblia. También habla respecto a la esencia santa y carácter justo de Dios, Dios es la fuente de vida en todas las cosas, cómo Dios gestiona y provee todas las cosas y cómo Dios determina el destino de las personas, y así sucesivamente. Después de haberlo leído, me sentí segura que esta era la palabra de Dios. Tenía que leer las palabras de Dios diariamente porque si no me sentía vacía internamente. Algunas veces leía Sus palabras varias veces. Cada vez que las leía, aprendía algo nuevo. Mi espíritu especialmente se sentía lleno. Lo que más me alegraba era que al fin había conseguido una solución en las palabras de Dios para los problemas matrimoniales que me habían afectado durante más de 10 años…
Sucedió durante una hermandad cuando confesé mi dolor más profundo—con respecto a mi desagrado hacia mi esposo a lo largo de los años y mi propio deseo de terminar el enredo de este matrimonio y el dolor de continuar con mi matrimonio. Una hermana me leyó dos fragmentos de palabras: “El matrimonio es un acontecimiento fundamental en la vida de cualquier persona; es el momento en el que uno comienza a asumir realmente diversos tipos de responsabilidades y a cumplir diversos tipos de misiones. Las personas albergan muchas ilusiones sobre el matrimonio antes de experimentarlo por sí mismas, y todas ellas son hermosas. Las mujeres imaginan que sus medias naranjas serán el Príncipe Azul, y los hombres imaginan que se casarán con Blancanieves. Estas fantasías muestran que cada persona tiene ciertos requisitos para el matrimonio, su propia serie de exigencias y estándares. Aunque en esta era malvada las personas son constantemente bombardeadas con mensajes distorsionados sobre el matrimonio, que crean aún más requisitos adicionales y les dan todo tipo de bagaje y extrañas actitudes, cualquier persona que lo haya experimentado sabe que no importa cómo uno lo entienda ni cuál sea su actitud al respecto: el matrimonio no es un asunto de elección individual”.
“Uno se encuentra con muchas personas en su vida, pero no sabe quién será su compañero o compañera en el matrimonio. Aunque todos tienen sus propias ideas y posturas personales en este asunto, nadie puede prever quién será finalmente su media naranja real, y las nociones que uno pueda tener cuentan poco. Después de conocer a una persona que te gusta, puedes mostrar interés por ella; pero si este interés es recíproco o no, si puede llegar a ser tu pareja, no te toca a ti decidirlo. El objeto de tus afectos no es necesariamente la persona con la que podrás compartir tu vida; y, entretanto, alguien que nunca esperabas entra silenciosamente en tu vida y se convierte en tu pareja, pasa a ser el elemento más importante en tu destino, tu otra mitad, alguien a quien tu destino está inextricablemente vinculado. Y así, aunque hay millones de matrimonios en el mundo, cada uno de ellos es diferente: cuántos matrimonios son poco satisfactorios, cuántos son felices; cuántos abarcan el Oriente y el Occidente, cuántos el Norte y el Sur; cuántos son uniones perfectas, cuántos son de un mismo rango; cuántos son felices y armoniosos, cuántos son dolorosos y tristes; cuántos son la envidia de los demás, cuántos son incomprendidos y desaprobados; cuántos están llenos de alegría, cuántos están inundados de lágrimas y provocan desesperación… En esta miríada de matrimonios, los humanos muestran lealtad y un compromiso vitalicio en el matrimonio, o amor, apego, e inseparabilidad, o resignación e incomprensión, o traición, incluso odio. Tanto si el matrimonio en sí trae felicidad como dolor, la misión de cada uno dentro del mismo está predestinada por el Creador y no cambiará; cada uno debe cumplirla. Y el destino individual que se encuentra detrás de cada matrimonio es inmutable; el Creador lo predestinó con mucha antelación” (“Dios mismo, el único III”).
Entonces la hermana dijo: “Podemos ver a través de estas palabras que nuestro destino y la persona con quien nos casemos han sido destinadas por Dios desde hace mucho tiempo; no tenemos opción al respecto y no podemos cambiarlo. Como dice Dios: ‘Aunque todos tienen sus propias ideas y posturas personales en este asunto, nadie puede prever quién será finalmente su media naranja real, y las nociones que uno pueda tener cuentan poco’. Ella continuó, ¿te parece eso cierto? Antes de casarte, conociste muchos hombres interesados en ti y a ti te gustaron unos cuantos, pero no terminaste casándote con ellos y te casaste repentinamente con tu esposo. También, quisiste divorciarte tantas veces y hasta presentaste una solicitud para el divorcio, ¿pero después de todo aun estás con él, por qué? Porque todo esto está bajo el dominio de Dios y es con el permiso de Dios. Por otra parte, cada persona tiene su propia misión en sus propios matrimonios. Si quieres alcanzar la felicidad en el matrimonio, tanto el esposo como la esposa tienen una responsabilidad y una obligación con la cual cumplir; no es solamente la responsabilidad de uno o del otro, ni tampoco es que uno le exija al otro, cosas injustas. ¡Además, si pensamos en ello de otro punto de vista, ¡tu matrimonio también tiene el amor de Dios! Vamos a retroceder un paso: ¿No fue el hecho de estar inconforme con tu matrimonio la razón por la cual viniste en busca de Dios? ¿Si tu matrimonio y tu vida hubiesen cumplido con tus exigencias, hubieses aceptado el evangelio de Dios? La humanidad entera está profundamente corrompida, todo el mundo ama los deseos personales, no a Dios y casi nadie busca a Dios cuando están en un ambiente cómodo. Aunque tu matrimonio parezca ser desagradable, es un regalo de Dios para que puedas llegar a Dios y si entiendes el corazón de Dios, no siempre pensarás en liberarte de Su soberanía y ya no sentirás dolor a causa de tu matrimonio”. Las palabras de Dios y la comunicación de las hermanas me hicieron entender, que no depende de mi con quien me case, y eso porque el destino mío y el de mi esposo están íntimamente relacionados, nos unimos. Además, porque el objetivo de mi vida desde chica era casarme con el esposo perfecto, si de hecho hubiese encontrado uno, hubiese adorado a mi esposo en lugar que a Dios y nunca hubiese pensado en buscar a Dios.
Luego la hermana me leyó otro fragmento de palabras: “Como las personas no reconocen las orquestaciones y la soberanía de Dios, siempre afrontan el destino desafiantemente, con una actitud rebelde, y siempre quieren desechar la autoridad y la soberanía de Dios y las cosas que el destino les tiene guardadas, esperando en vano cambiar sus circunstancias actuales y alterar su destino. Pero nunca pueden tener éxito; se ven frustrados a cada paso. Esta lucha, que tiene lugar en lo profundo del alma de uno, es dolorosa; el dolor es inolvidable; y, al mismo tiempo, uno está desperdiciando su vida. ¿Cuál es la causa de este dolor? ¿Es debido a la soberanía de Dios, o porque una persona nació sin suerte? Obviamente ninguna de las dos es cierta. En última instancia, es debido a las sendas que las personas toman, los caminos que eligen para vivir sus vidas. […] Existe una forma muy simple de liberarse de este estado: decir adiós a la antigua forma de vida de uno, a los anteriores objetivos en la vida, resumir y analizar el estilo de vida, la filosofía, las búsquedas, los deseos y los ideales, y compararlos después con la voluntad y las exigencias de Dios para el hombre, y ver si todos ellos son acordes con estas, si todos ellos transmiten los valores correctos de la vida, llevan a uno a un mayor entendimiento de la verdad, y le permiten vivir con humanidad y semejanza humana. Cuando investigas repetidamente y analizas cuidadosamente los diversos objetivos de la vida que las personas persiguen y sus diversas formas diferentes de vida, verás que ninguno de ellos encaja con el propósito original del Creador cuando creó a la humanidad. Todos ellos apartan a las personas de Su soberanía y Su cuidado; son todos pozos en los que la humanidad cae, y que la llevan al infierno. Después de que reconozcas esto, tu tarea es dejar de lado tu antigua visión de la vida, mantenerte alejado de diversas trampas, dejar a Dios que se haga cargo de tu vida y haga arreglos para ti, intentar someterte solamente a las orquestaciones y la dirección de Dios, no tener elección y convertirte en una persona que lo adora a Él” (“Dios mismo, el único III”).
La hermana me dijo esto después de leer las palabras: “Cuando nos enfrentamos a cosas desagradables en la vida, la razón por la cual sentimos tanto dolor, es porque no conocemos la soberanía de Dios y no entendemos que Dios domina todo, y todo esto es el cuidado y protección para nosotros de Dios. Por lo tanto, siempre desafiamos y nos apartamos de la soberanía de Dios y nosotros mismos lo controlamos cuando nos enfrentamos al dominio de Dios, pero no podemos alejarnos de las gestiones de Dios, por eso vivimos con el dolor de esta lucha. Para liberarnos de este tipo de angustia, por una parte, debemos someternos a la soberanía y los planes de Dios; por otra parte, podemos discernir nuestras aspiraciones y nuestros metas para ver si están de acuerdo con la verdad y los requisitos de Dios. Si la opinión de “un marido con prestigio le trae honor a su esposa” está de acuerdo con la verdad y es un asunto positivo, entonces ¿cómo podría su tenencia a ella ser doloroso? ¿Cómo puedes estar insatisfecha con tu marido? De hecho, todas estas opiniones vienen de Satanás y son cosas negativas. Mirándolo desde otra perspectiva, si mantienes este punto de vista, ¿será puro tu matrimonio con tu marido? Incluso si realmente encuentras un ‘buen hombre’ que es bueno para hacer dinero, la relación entre tú y él siempre será materialista, sin amor verdadero. Y si su carrera falla, tu matrimonio se romperá y aunque trates de mantener tu matrimonio, todavía sufrirás porque tu esposo no puede darte honor. De hecho, cuando usamos nuestro corazón para experimentar, descubriremos que Dios gestiona todo por nosotros de una buena manera. Si nuestro punto de vista cambia y practicamos de acuerdo al camino que Dios nos indicó, ‘[…] tu tarea es dejar de lado tu antigua visión de la vida, mantenerte alejado de diversas trampas, dejar a Dios que se haga cargo de tu vida y haga arreglos para ti, intentar someterte solamente a las orquestaciones y la dirección de Dios, no tener elección y convertirte en una persona que lo adora a Él‘ obtendremos la liberación y libertad”.
A través de las palabras de Dios y la comunicación con la hermana, entendí que esa alegría y liberación verdadera sólo se puede obtener obedeciendo la soberanía y gestiones del Creador y que luchar con el destino, solo nos trae dolor incalculable. Al mismo tiempo, también vi que las tendencias sociales malignas nos hacen fijar grandes expectativas dentro del matrimonio, a la mayoría de nosotros; las ideas equivocadas que Satanás me enseñó, “un esposo con prestigio trae honor a su esposa: y “el matrimonio es la segunda reencarnación de las mujeres” me impedía someterme a la soberanía y el arreglo de Dios. En cambio, quería controlar mi propio destino, que resultó en vivir en el dolor. Ahora sé que a través de las palabras de Dios mi matrimonio ha sido predispuesto por Dios. Estoy dispuesta a seguir las palabras de Dios y dejar a un lado mi punto de vista anterior de la vida y someterme a la soberanía y los designios de Dios.
Cuando hago a un lado esas fantasías poco realistas y las expectativas sobre el matrimonio, y cuando estaba dispuesta a someterme a la soberanía y los designios de Dios, ya no me quejaba más de mi matrimonio. De hecho, me di cuenta de que mi esposo es bastante bueno. Así que tengo una mejor actitud hacia mi esposo ahora. Por ejemplo: solía regañarlo cuando lo veía haciendo las cosas contrarias a mi manera y quería divorciarme a cada momento, pero ahora rara vez lo regaño, y nunca menciono el divorcio de nuevo. En el pasado, no importaba lo que hiciera por mí, nunca le di las gracias y aunque hiciera algo bien, nunca lo elogié. No podía ver su bondad. Pero ahora le doy las gracias y cuando hace algo bien lo halago. Antes nunca lo atendía, pero ahora tomo la iniciativa de cocinarle y demostrarle interés, y existe más comunicación entre nosotros. Debido a que he cambiado, mi esposo ahora está muy feliz, nuestra familia se ha calmado, es más armoniosa y me siento liberada. Estoy muy agradecida por la salvación y orientación de Dios, porque ya no vivo un matrimonio doloroso. Fueron las palabras de Dios las que me sacaron de este “matrimonio infeliz”.
 Fuente: Estudiar la Biblia 

¡Ha resurgido el Gobierno romano de la Antigüedad!



Hace dos mil años, cuando nació el Señor Jesús, el rey Herodes se enteró de que había nacido el rey de Israel, por lo que asesinó a todos los bebés varones menores de dos años de Belén. En la actualidad, el Señor Jesús ha regresado y es Dios Todopoderoso. Expresa la verdad para juzgar y salvar a la humanidad, pero también Él se ha topado con la frenética oposición y cruel represión del Gobierno comunista chino. Mucha gente pregunta: Las dos veces que Dios se ha encarnado para redimir y salvar a la humanidad, ¿por qué ha sido sometido a la feroz condena y oposición de los gobiernos? ¿Por qué el Gobierno comunista chino no escatima esfuerzos a la hora de tratar de erradicar la obra de Dios de los últimos días? ¿Cuáles son los métodos y la esencia de la oposición del Gobierno comunista chino a Dios? En este programa buscaremos la verdad respecto a estos asuntos.
Lista de programas:
1 Vídeo de himnos de la palabra de Dios: No hay poder que pueda impedir lo que Dios desea cumplir
2 La represión y persecución de cristianos por parte del Gobierno chino: prueba irrefutable
3 "La verdad del caso del 28 de mayo en Zhaoyuan" Relámpago Oriental

Recomendación: La fe en Dios (II) - ¿El que condenan el PCCh y el mundo religioso no es el camino verdadero?

Experimenté el amor de Dios en el matrimonio

A la edad de 22 años, Jinxi anhelaba un hermoso futuro, con la esperanza de conocer a un chico que le hiciera palpitar el corazón fuertemente. Si esto aconteciera, se casaría con él sin la menor vacilación y nunca lo lamentaría. Este pensamiento se mantuvo oculto en su corazón toda su vida.