El antiguo Imperio romano se funda para que el cristianismo pueda expandirse, prospera con este como religión oficial y se derrumba por perseguir a los cristianos.
"Dios no participa en las políticas del hombre, pero controla el destino de un país o nación. Él controla este mundo y todo el universo. El destino del hombre y el plan de Dios están íntimamente relacionados, y ningún hombre, país o nación está exento de la soberanía de Dios". De “La Palabra Manifestada En Carne”
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